martes, 4 de octubre de 2011

Lisbon Revisited - Fernando Pessoa


Nada me ata a nada
Quiero cincuenta cosas a la vez
Anhelo con una angustia de hambre de carne
No sé bien qué-
Definidamente por lo indefinido
Duermo inquieto y vivo en un soñar inquieto
Como quien duerme inquieto, a medio soñar.

Me cerraron todas las puertas abstractas y necesarias.
Corrieron cortinas sobre todas las hipótesis que podría ver en la calle.
No existe en la calle donde estuve el número de puerta que me dieron.

Desperté a la misma vida ante la que me había dormido.
Hasta mis ejércitos soñados sufrieron derrota.
Hasta mis sueños se sintieron falsos al ser soñados.
Hasta la vida sólo soñada me harta –hasta esa vida…

Comprendo a intervalos inconexos; Escribo en los lapsos del cansancio;
Y un tedio que es hasta del tedio me arroja a la playa.

No sé qué destino o futuro compete a mi angustia sin rumbo;
No sé qué islas del Sur imposible me aguardan náufrago;
O qué tramos de la literatura me darán al menos un verso.

No sé esto, ni otra cosa ni cosa alguna…
Y en el fondo de i espíritu, donde sueño lo que soñé,
En los campos últimos del alma donde rememoro sin causa
(Y el pasado es una niebla natural de lágrimas falsas),
En los caminos y atajos de las florestas lejanas
Donde supuse mi ser,
Huyen desmantelados los últimos restos
De la ilusión final,
Mis ejércitos soñados, derrotados sin haber sido,
Mis cohortes por existir, despedazadas en Dios.

Otra vez vuelvo a verte,
Ciudad de mi infancia pavorosamente perdida.
Ciudad triste y alegre, otra vez sueño aquí…
¿Yo? Pero ¿soy el mismo que aquí viví y aquí volví,
Y aquí de nuevo volví y volví,
Y aquí una vez más supe volver?
¿O son todos los Yo que aquí estuve o estuvieron,
Una serie de cuentas-entes unidas por un hilo-memoria,
Una serie de sueños sobre mí de alguien ajeno a mí?

Otra vez vuelvo a verte,
Con el corazón más lejano y el alma menos mía…

Otra vez vuelvo a verte –Lisboa y Tajo y todo-,
Transeúnte inútil de ti y de mí,
Extranjero aquí como en todas partes,
Casual en la vida como en el alma,
Fantasma errante por salones de recuerdos,
Entre el ruido de ratas y de tablas que crujen
En el castillo maldito de tener que vivir…
Otra vez vuelvo a verte,

Sombra que pasa a través de sombras y brilla
Un momento bajo una luz fúnebre desconocida
Y entra en la noche como la estela de un barco al perderse
En el agua que se deja de oir…

Otra vez vuelvo a verte,
Pero, ¡ay, a mí ya no me veo!

Se partió el espejo mágico en el que podía verme idéntico,
Y en cada fragmento fatídico sólo veo un pedazo de mí,
¡Un pedazo de ti y de mí!...

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